Imagina un pueblo de calles empedradas, nobles caserones, galerías medievales y espléndidas iglesias.Imagina un hermoso castillo dominando la villa con impresionantes torres...
Es casi seguro que asocies el nombre de Olite a su Palacio Real. Es normal que una joya así sea tan reconocida. Y aunque estamos de acuerdo con que el palacio es el motivo número uno por el que acercarse a Olite, es igual de cierto que no hay mejor escenario para que el palacio brille que su encantador casco histórico.
Esta pequeña ciudad, de poco más de 3.000 habitantes, es un entramado de robustas casonas solariegas con imponentes blasones en las fachadas, murallas romanas, arcadas góticas y bonitas iglesias.
Atravesar el portal de la Torre del Chapitel y acceder a la plaza Carlos III, admirar el ayuntamiento, tan señorial él, y tomar un vino en alguna de las terrazas te dará una perspectiva fantástica de la vida en Olite.
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